Catherine Lemblé

Las montañas siempre han ocupado un lugar destacado en mi vida. Mi madre nos llevaba a mí y a mi hermana a las montañas cada verano acampamos, dormíamos bajo las estrellas en tiendas de campaña o en refugios de montaña. 

Cuando tenía 26 años mi hermana me habló de Svalbard, un archipiélago situado entre Noruega y el Polo Norte, donde vivía y trabajaba su cuñada como vigilante de osos polares en un camping. Nunca había oído hablar de este lugar. Y mucho menos de un Guardia de osos polares. Decidí visitarlo.

Mi única referencia eran las historias de grandes exploradores polares y las imágenes de páramos blancos. Mi madre me contó algunas de estas historias cuando era pequeña, las mujeres están ausentes de estas historias. Sin embargo,en Svalbard conocía a muchas mujeres. Las cifras muestran que el 75% de los recién llegados a Svalbard la última década son mujeres. Conocí a camareras,artistas mecánicas, jefas de expedición, propietarias de tiendas, taxistas. Un Cura están convencidas de que la imagen estereotipada del lejano norte como lugar para hombres está cambiando al fotografiar a las mujeres de Svalbard.Espero formar parte de este movimiento y presentar una nueva imagen de las regiones polares más cercana a la realidad.

(ENG)

Mountains have always taken a prominent place in my life. My mom used to take me and my sister to the mountains every summer holiday. We camped, slept under the stars, in tents, in mountain huts.

 When I was 26 my sister told me about Svalbard, an archipelago between Norway and the North Pole, where her sister in law lived and worked as a polar bear guard at a campsite. I'd never heard of this place, let alone of a polar bear guard. I decided to visit.

My only reference were the stories of great polar explorers and images of white wastelands. My mom told me some of these stories when I was little. Women are absent from these stories. In Svalbard though I met many women. Numbers show that 75% of Svalbard’s newcomers over the last decade are women. I met waitresses, artists, mechanics, expedition leaders, shop owners, taxi drivers, a priest... They are convinced that the stereotypical image of the Far North as a place for men is changing. By photographing the women of Svalbard, I hope to be part of this movement and to present a new image of the polar regions that is closer to reality. 


Audio (spa-eng)

 

El Ártico nunca se consideró un lugar apropiado para las mujeres. A lo largo de la historia, se ha considerado que las mujeres no estaban capacitadas para afrontar los retos de una vida autónoma en el ámbito público, y mucho menos los peligros de las zonas salvajes aisladas. Los no autóctonos del Ártico han conceptualizado durante mucho tiempo la región polar como un paisaje estéril e inhóspito donde sólo los hombres más duros podían sobrevivir. Esta afirmación de la naturaleza aventurera e ingenieril de los hombres va acompañada del rechazo sistemático de las mujeres al mundo ártico.Esta mentalidad se refleja también en el conjunto de relatos y literatura ambientados en la región circumpolar: las mujeres están casi siempre ausentes,y si aparecen, se las clasifica como compañeras inferiores del hombre, como una excepción o como si no estuvieran en sus cabales, o ambas cosas.

Al mismo tiempo, el Ártico ha sido tradicionalmente considerado femenino en el mundo occidental. Al principio se consideraba una región que había que conquistar y penetrar, un territorio masculino al que había que someter. Aunque esta visión ha cambiado en la época poscolonial, el Ártico se sigue concibiendo como femenino y ahora se imagina colectivamente como un lugar puro y prístino que necesita nuestra protección. Una tierra estéril y virgen en peligro. Al imponer una identidad pasiva como objeto de deseo, esta visión unilateral y simplificada no se ajusta a la realidad. El proyecto Only Barely Still pretende proponer una narrativa diferente del Ártico Y de su imaginario colectivo. Al situarse en el eje de dos concepciones erróneas -sobre el Ártico noruego, por un lado, y las mujeres que lo habitan,por otro-, quiere captar respetuosamente su sinergia.


(ENG)


The Arctic was never considered a proper place for women. Throughout history, women have been deemed unfit to deal with the challenges of an autonomous life in the public realm, let alone with the dangers of the isolated wilderness.Non-indigenous people to the Arctic have long conceptualised the polar region as a barren, inhospitable landscape where only the toughest of men could survive. Built into this affirmation of the adventurous and engineering nature of men, is the systematic refusal of women into the arctic world. This frame of mind is also reflected in the body of stories and literature set in the circumpolar region: women are mostly absent, and if they do happen to make an appearance, they are classified as man’s inferior companion, as an exception oras just not in their right mind, or both. 

At the sametime the Arctic has traditionally been gendered as feminine in the Western World. Initially, it was regarded a region to be conquered and penetrated; asmale territory that has to be brought into submission. Whereas this view has shifted in post-colonial times, the Arctic is still conceived of as feminine and is now collectively imagined as a pure, pristine place in need of our protection. A barren, virgin land in distress. By imposing on it a passive identity as an object of desire, this one-sided and simplified view is not aligned with reality. The project Only Barely Still aims to propose a different narrative of the Arctic and its collective imaginary. By standing on the axis of two misconceptions – about the Norwegian Arctic on one hand, andthe women in it on the other – it wants to respectfully capture their synergy. 

Audio (eng)

Photographs and texts © Catherine Lemblé

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